A principios de 2024, Kate Middleton se sometió a una cirugía abdominal. Su ingreso hospitalario y todo el tratamiento recibido ha sido objeto de múltiples especulaciones, rodeado de un secreto que, durante semanas, quedó eclipsado por el anuncio oficial de que su suegro, el Rey Carlos Tercero, padece cáncer.
A sus 42 años, la futura reina ha confirmado oficialmente que no padece cáncer. Sin embargo, estuvo ingresada dos semanas en el hospital, y además al salir, anunció que debía guardar reposo un tiempo más antes de retomar sus ocupaciones institucionales.Y en mitad de todo este panorama, su marido, el Príncipe Guillermo, ha remodelado completamente el equipo de trabajo, empezando por la secretaría del heredero, que en estos momentos será responsabilidad del diplomático Ian Patrick. Este cambio ha desatado un océano de rumorología.
Como se sabe que Kate padece una enfermedad, pero no cuál, la gente ha empezado a especular si acaso, al ser Patrick miembro de la junta directiva de Crohn's & Colitis UK, una organización dedicada a la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y otras formas de enfermedad inflamatoria intestinal, el Príncipe Guillermo ha querido así poner en su entorno a un experto en ello porque, tal vez, esa sea la enfermedad que padezca ella.
La enfermedad de Crohn es una afección inflamatoria crónica, autoinmune, del tubo digestivo, que se caracteriza, entre otros síntomas, por dolor abdominal, fuertes diarreas, fiebre, hemorragias rectales y pérdida de peso.
Así las cosas, los periodistas y súbditos han empezado a analizar las fotografías de Kate y los vídeos de los últimos meses, para comprobar si aparece con pérdida de peso o algún otro tipo de sintomatología.
De momento, lo único oficial es que la Princesa no tiene cáncer. Y además, que ha pasado una semana de vacaciones en Sandringham con sus tres hijos, para recuperarse mejor y para que los pequeños disfrutaran del campo.
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