El diecisiete de junio, Movistar estrenará un documental sobre Lina Morgan. Se prevee que en el mismo, aparezcan importantes novedades y asuntos muy desconocidos de la popular actriz cómica.
Y es que Lina estuvo durante décadas prácticamente a diario en las casas de los españoles, protagonizando películas y series de humor. Pero su vida privada estuvo en todo momento en el más absoluto hermetismo.
Hasta ahora, nadie sabe nada sobre los amores, desamores e incluso sobre las verdaderas amistades de Lina Morgan.
Según quienes han profundizado en su biografía, como Jesús García Orts, quien escribió "Lina Morgan. De Angelines a Excelentísima Señora", esto fue así porque era una persona tremendamente tímida. A Lina no le gustaba en absoluto airear su vida privada. Pero no por esconderla, sino por su timidez.
Nacida como María de los Ángeles López Segovia, justo el mismo año en que estalló la Guerra Civil. Fue una de los cuatro hermanos de una familia que subsistía prácticamente en la miseria.
Dicen que, una vez triunfó como estrella, adquirió la mayor colección de joyas, en una absurda competición con Sara Montiel. También acumuló muchísimos abrigos de pieles, de hecho fue la primera en tener uno de lince. Decía que le encantaban estos abrigos porque había pasado mucho frío.
En su infancia y adolescencia, se dedicó junto a su hermano José Luis a recoger cartones y botellas para poder pagar las entradas de cine. Le fascinaba Charlot.
Cuando dijo en casa que quería dedicarse a la interpretación, su madre reaccionó con virulencia. Todo lo contrario de su padre, sastre, que la apoyó desde el primer momento.
Debutó a los trece años, habiéndose apuntado con once a clases de danza española. Sus primeros pasos fueron en una compañía llamada "Los chavalillos de España". De aquellos tiempos, recordaba cómo tenía que destacar sobre sus compañeras haciendo muecas, ya que ellas eran muchísimo más bellas y altas.
Así consiguió llamar la atención de uno del gran oligarca de las revistas de la época: Matías Colsada.
Fue entonces cuando, con la ayuda de su hermano, cambió al nombre artístico de Lina Morgan. Lina reduciendo Angelines, y Morgan por el pirata de moda en los folletines de la época: Henry Morgan.
Junto a Alfredo Landa, en la década de mil novecientos setenta se convirtió en la actriz mejor pagada del cine español.
A finales de esa década montó su propia compañía de teatro y empezó a girar. Fue en mil novecientos setenta y ocho cuando cumplió su sueño y compró a su antiguo jefe, recordemos, el gran oligarca Matías Colsada, el teatro La Latina, en pleno centro de Madrid.
Haciendo catorce funciones semanales, incluso el mismo día de la muerte de su padre en mil novecientos ochenta y uno, logró pagar el teatro.
Y durante todo ese tiempo, ahora sabemos que tuvo líos de sábanas con José Sacristán y con Manuel Zarzo. Pero sus grandes amores por entonces fueron el empresario taurino José Antonio Martínez Uranga y el productor Julián Esteban.
En el documental hablarán también sobre futbolistas y actores varios. Y, Ya saben. Siempre hubo rumores de bisexualidad. Pero todavía no hay nada confirmado, ni siquiera a día de hoy.
Su hermano José Luis murió de sida en mil novecientos noventa y cinco, pero nadie se enteró hasta que lo hizo público un mes y medio después.
Su último contrato profesional fue para rodar la serie Hostal Royal Manzanares. Recibió más de ciento noventa mil euros por episodio. Entre mil novecientos noventa y seis a mil novecientos noventa y ocho en horario de prime time.
Durante el rodaje le detectaron cáncer de laringe. Siguió trabajando sin decírselo a nadie. Inmersa en quimioterapias y radioterapias. Rodaba de lunes a jueves. De jueves a sábado en la clínica Ruber. El domingo, en casa.
En dos mil doce falleció su hermana. Desde entonces se retiró completamente de la vida pública. Falleció el diecinueve de agosto de dos mil quince.
Y, a pesar de todo, su vida familiar tampoco fue un gran éxito. Sólo mantuvo relación con sus dos hermanos, José Luis y Julia, que como ella, tampoco tuvieron hijos. Con el mayor dejó de hablar en cuanto fallecieron sus padres. La sobrina, hija del mayor, llevaba como su padre muy mala vida. Lina la ayudó. Intentó adoptar a sus hijas, pero ella no quiso, y entonces desapareció de su vida muchos años. Cuando volvió, ni Lina ni sus hermanos José Luis y Julia quisieron saber nada de ella.
Toda su fortuna, estimada en unos diez millones de euros, fue para Daniel Pontes, su secretario durante más de tres décadas. Heredero universal.
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