La visita del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, estaba prevista para el diecisiete de mayo, pero se tuvo que aplazar por las terribles circunstancias del frente en la guerra contra Rusia.
Finalmente, Zelenskiaterrizó en España el lunes veintisiete, y fue recibido en el aeropuerto por el Rey Felipe.
Pocas horas después, el líder ucraniano fue recibido en el Palacio Real para ser agasajado con un buen almuerzo.
Y allí apareció la Reina consorte, Letizia. No era la primera vez que Zelenski y Letizia se veían, porque ya habían coincidido en la Cumbre de la Comunidad Política Europea en Granada.
Sin embargo, esta sí era la primera vez que posaron juntos ante las cámaras de una forma, digamos, bastante peculiar.
Desde hace más de dos años, el presidente de Ucrania viaja siempre en camiseta de manga corta de tipo militar, saltándose todos los protocolos de vestimenta. Siempre agarrotado con los puños cerrados, sonría o esté serio, esa es su particular manera de mostrar resistencia al mundo.
Pero Doña Letizia tenía otros planes. Resulta que, desde su fractura de un dedo del pie derecho al chocar con una mesa en casa, siempre había aparecido en público con zapatillas.
Y, aunque todavía sigue arrastrando una ligera cojera, ha decidido cambiar de calzado. ¡Así es! Se ha pasado de las zapatillas blancas Vivobarefoot, a unas sandalias planísimas con cierre de pulsera.
Rápidamente, las malas lenguas dijeron en internet que no se puso tacones para no dejar en peor posición al presidente ucraniano, quien no destaca, precisamente, por su altura.
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