CARLO COSTANZIA FURIOSO: ¿A PUNTO DE REVENTAR?

Carlo Costanzia sigue asediado por los periodistas, que lo persiguen sin descanso para que de explicaciones sobre todo tipo de rumorología.

Esta misma semana tuvo que hacer frente a dos momentos realmente incómodos. El primero fue cuando una horda de reporteros se le echó encima, preguntándole sobre rumores de embarazo de Alejandra Rubio. Al parecer, la hija de Terelu Campos fue vista, por la revista Informalia, adquiriendo test de embarazo. Eso desató una oleada de rumores sobre si iba a ser madre. Ella misma negó rotundamente estar embarazada, afirmando estar alucinada por esos rumores. 

A los pocos días, saltó un nuevo escándalo. Carlo fue visto, precisamente al día siguiente de regresar con Alejandra de su primer viaje romántico a Málaga, en compañía de una misteriosa chica, con trenzas, cuya identidad es desconocida todavía. Resulta que estuvieron paseando por el parque donde él lleva a su perro, mientras jugaba con las pelotas que le lanzaba.

Horas después de que se hiciera pública la noticia, Alejandra y Carlo aparecieron en público, comprando comida rápida, y luego abandonaron por separado el local.

Ante la prensa, Carlo mostró los típicos gestos de rabia y furia a los que ya empieza a acostumbrar al espectador. Con un silencio digno de Santo Sepulcro.

No son pocos quienes se han cuestionado si realmente ha sido infiel a Alejandra, ya que sería un comportamiento bastante poco coherente mantener contacto con otras mujeres, cuando sabe que está siendo perseguido por multitud de periodistas y fotógrafos, que lo están esperando literalmente incluso en la puerta de su casa.

Otros, sostienen que está al límite de protagonizar algún momento ridículo con la prensa, con los nervios a flor de piel. Algo que, por otro lado, podría estar siendo buscado por algunos periodistas, con ansia de grabar un momento de mucho espectáculo. 

Hubo famosos como Pipi Estrada, que sostuvieron hace ya algunas semanas, en el programa Fiesta, que Carlo y Alejandra deben comprender el contexto de la situación, adaptarse lo más diplomáticamente posible, y evitar ser desagradables con la prensa, porque de lo contrario generarían poca empatía con el público.