La relación entre Elena Tablada y Javier Ungría tras su divorcio ha sido complicada, llena de enfrentamientos públicos que han protagonizado tanto en televisión como en la prensa escrita.
Amor, desamor, y detectives privados. Una telenovela en la que todo comenzó con sonrisas, miradas cómplices y hashtags de amor eterno, Pero, en la que el filtro Valencia acabó quemándose para desatar el drama a la vuelta de la esquina.
¿Sospechas de infidelidad? ¡No hay problema! Elena tiene la solución: Un detective privado. ¿Qué hay más romántico que hacer un seguimiento de tu pareja con un profesional del espionaje?.
Este espionaje fue la llama que desembocó en enfrentamientos públicos. Ambos tuvieron que lidiar con disputas legales por la custodia, cuestiones económicas y rumores de supuestas infidelidades.
Pero eso no fue nada comparado a la batalla por la custodia de Camila, la hija de ambos. Mientras Javier peleó como un jabato por la custodia compartida, Elena se esforzó por mantenerla cerca de su hermana mayor, Ella, fruto de su relación anterior con David Bisbal. Pese a los encuentros y desencuentros tan sonados, finalmente tuvo que ser un juez quien dictaminara sobre la tutela. "La experiencia que pasé tan desagradable al final he podido aprender de ella y ahora he encontrado paz, que al final no tiene precio. Si algo te la quita, te sale demasiado caro", afirmó la diseñadora.
Sin ninguna duda, en la telenovela post-divorcio entre Elena y Javier, los grandes protagonistas son los abogados, y el juzgado el escenario principal.
Y es que el amor puede ser eterno, pero los acuerdos financieros jamás. Son de sobra conocidas las diferencias patrimoniales entre la expareja.
Lo último ha sido un estallido de rabia y frustración de Elena Tablada en directo, en televisión. Resulta que acudió a Telecinco para hablar sobre su participación en uno de los programas insignia de la cadena, Bailando con las estrellas. Elena estaba regocijada y contenta, hasta que se enteró que su exmarido será uno de los participantes de Supervivientes a partir de marzo.
A partir de ese momento, su cara fue de acritud absoluta. Y declaró, cito textualmente, "No sabía nada de esto, me enteré hoy. Me hubiese gustado saberlo por él, ya que tenemos una hija en común". Siguió explicando que se enteró de la participación de Javier "media hora después de salir en la prensa, que me mandó un mail. El otro día, nos vimos el martes, para intentar llegar a un acuerdo, y tampoco me dijo ni una palabra del concurso. Son cosas que se deben hablar entre padres".
La diseñadora prosiguió desatada, y añadió: "Dijo que quería pasar más tiempo con su hija, pero aquí se ven las prioridades de cada uno. Yo en Bailando con las estrellas firmé, que mis horas de ensayo tenían que coincidir con las horas escolares de mis hijas".
Dadas las circunstancias, Elena ha dejado claro que está muy contenta porque podrá pasar más tiempo con su hija. Y que desde luego, cree que Javier va más a Supervivientes por fama que por necesidad. "Esa fama", añadió, "que tanto dice que no le gusta".
Terminó zanjando el tema, asegurando que no ve la televisión, que solo sigue su concurso los sábados por la adrenalina que lleva. Pero que, no cabe duda, no verá ni un minuto de Supervivientes.
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