LAS OBSESIONES DE LENNY KRAVITZ

Lenny Kravitz ha llevado, no cabe duda, una vida muy completa, en la que ha experimentado prácticamente todo lo que uno se pueda imaginar.

Mundialmente popular como productor, cantante, compositor y multriinstumentista, también ha incursionado, sin embargo, en otras artes, como la fotografía o el mundo del cine, como actor.

En las últimas semanas se ha hablado muchísimo de él por sus impresionantes músculos, a sus sesenta años recién cumplidos el veintiséis de mayo.

Pero, lo más sorprendente ha sido cómo ha revelado en las entrevistas, que utiliza una serie de rutinas "además de la combinación de genes, cuidado personal, trabajo duro y disciplina" para mantenerse lo más en forma posible.

Kravitz se marchó de casa a los quince años, tras una discusión con su padre, porque no le dejaba ir a un concierto de jazz. Durante muchos años, vivió en un coche, o gracias a extraños simpáticos que lo alojaban en sus casas. Fue un auténtico vagabundo, sin ingresos y sin hogar. El propio Lenny afirma, y cito textualmente: "Es un milagro que haya sobrevivido, que no haya sufrido abusos".

Según afirma, el hecho de que su padre fuera infiel fue algo determinante en su vida. Durante años, en su matrimonio, él también lo fue, afirma que por la influencia paterna. No quería ser ese tipo de hombre, no quería que sus deseos se apoderasen de él, así que decidió coger el toro por los cuernos y llevar una vida en completo celibato desde hace nueve años.

Es algo espiritual, proclama. Le ayuda a mejorar en su vida, porque desde muy joven siempre fue muy inseguro, no confiaba ni en su aspecto físico ni en su talento. Al respecto afirma, y vuelvo a citar textualmente: "No soy, nunca he sido de los que se miran al espejo y dicen ¡Oh, pero qué guapo soy, pero cuánto valgo!".

Aunque tuvo una fortísima adicción a porros durante muchos años, llegando a tener contratado a un ayudante que se los liaba, ahora dice que los ha dejado por completo, con trabajo duro y disciplina.

Ha tenido días en que llega a casa en plena madrugada, después de una jornada intensa de trabajo. Entonces va al gimnasio a hacer rutinas de hora mieda. No le gusta, pero sabe que debe hacerlo para mantener su disciplina.

Para Lenny Kravitz no hay excusas que valgan. Cualquiera puede cambiar y mejorar a cualquier edad. Lo único que debe hacer es centrarse, cambiar su forma de pensar y trabajar duro. Es muy contundente al respecto: No toma hormonas, testosterona, medicamentos ni ningún tipo de cosa que le ayude a mejorar. Sencillamente basa su vida en la comida y el ejercicio.