Una historia de amor de película, con toda la controversia y superación personal digna de las grandes estrellas de Hollywood. Pero todo ello condimentado con una de las monarquías más elitistas y conservadoras de Europa. Nos centramos en la tormentosa e intensa relación del Príncipe Haakon de Noruega y Mette-Marit, una historia que sacudió a la sociedad noruega y desafió las normas de la realeza.
El Príncipe Haakon lo ha dejado alto y claro. Dijo, y cito textualmente: "Entre el amor y la corona, elijo el amor." Sus declaraciones, en plena televisión pública de Noruega, han abierto un debate muy visceral, y han indignado a muchísimos. Para algunos, el príncipe está seducido y antepone el amor a la razón de Estado, por lo que ya no está capacitado para desempeñar sus funciones.
Y es que Haakon está saliendo no con una mujer cualquiera. Sino con una exmodelo llamada Mette-Marit, cuyo oscuro pasado hace hervir la sangre de los noruegos. No es por ser madre soltera, ya que en Noruega casi la mitad de los nacimientos son fuera del matrimonio; sino porque el niño es hijo de su relación con un narcotraficante, y además, ella misma reconoció que fue yonqui y que tuvo un hermano condenado por violencia de género.
Pero es que además, Mette-Marit, nacida en 1973 en un pueblo del sur de Noruega, es hija de un periodista y una empleada de banca que se divorciaron cuando ella tenía once años. Cuando terminó la escuela, se fue a vivir a Australia.Su primera hazaña fue poco tiempo después, al ser detenida, y deportada, por ser encontrada desmayada en la puerta del consulado de Noruega en Calcuta.
Ella misma ha reconocido muchas veces. "No soy nada buena cumpliendo las expectativas que los demás tienen sobre mí". Cuando volvió a Noruega intentó estudiar ingeniería, antropología y periodismo, pero nunca terminó ningún estudio. Empezó a trabajar de camarera, pero ella misma ha reconocido que pasaba más tiempo tomándose buenas juergas que trabajando. Así que en ese ambiente, conoció al príncipe Haakon, cuando todavía estaba con el narcotraficante. En ese periodo participó en un programa para encontrar pareja, en el que debía palpar a los candidatos. Allí soltó perlas como "No soy una cenicienta".
Durante años, ha estado viviendo en concubinato con el Príncipe Haakon. Esto no sería noticia si fuesen personas normales, pero es que él es el líder de la Iglesia luterana noruega. Al final, tras enormes presiones, incluso del Partido Laborista, accedieron a casarse.
Y pese a todo, la pareja aparentemente tiene una relación sana y normal, con dos hijos en común. La prensa noruega publica con relativa frecuencia rumores de crisis, pero nunca hubo ningún indicio de que la relación estuviese en peligro.
Detrás de las cámaras, la sociedad noruega nunca ha terminado de confiar en Mette-Marit, y sigue de cerca con episodios esporádicos de indignación y furia los acontecimientos.
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