Ha sido la revista "Hola" la que dio la campanada de Navidad. Lo han ido detectando a través de una serie de publicaciones fotográficas de Alejandro Sanz en su Instagram, donde progresivamente se hizo más patente la presencia de Mónica Cruz.
Al principio nadie sospechó. Los amigos más cercanos a ambos aseguran que son amigos desde hace décadas, y que Mónica es fan de Alejandro desde siempre, así que nadie sospecharía.
Además, tampoco había fotografías de Alejandro visitando a Mónica en su casa. Ella reside en una de las urbanizaciones más lujosas y exclusivas de España, a las afueras de Madrid, donde también viven, por cierto, su hermana y Javier Bardem. Para entrar ahí, se debe ir con invitación previa, y tienes que pasar más controles que en el frente de guerra de Ucrania.
En la fiesta de los Latin Grammy en Sevilla se los vio juntos. Pero nadie sospechó, de nuevo. Siempre se los ha visto juntos. Siempre han sido muy buenos amigos. Incluso en los hoteles donde han preguntado, reconocieron que jamás sospecharon. Porque es de lo más normal verlos juntos.
Ahora, la rumorología dice que no pegan mucho como pareja. Que Mónica es muy casera y no inquieta, mientras que Alejandro es un viva la virgen, al que le encanta hacer grandes fiestas y salir por ahí, un hombre de acción, vaya.
Veremos, primero, si se hace oficial la relación, y cuánto tiempo durará.
Por ahora, tendremos que esperar, como mínimo, a la cena de Navidad que Alejandro ha organizado en su mansión en Jarandilla de la Vera, Extremadura, a la que ya ha invitado a cientos, entre los que figura la propia Mónica. Lo único que ha trascendido entre los amigos de la actriz, es que cuando le preguntan por él, le sale una sonrisilla y el silencio por respuesta.
A Mónica no se le conoce pareja desde hace unos diez años. Siempre afirmó estar centrada en su familia y el trabajo, así que una nueva relación, encima con Alejandro, sería toda una revolución mediática.
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