El desprecio que Shakira muestra hacia el que fuera su suegro, el padre de Gerard Piqué, en la letra de la canción El jefe, tiene un sentido que ha explicado recientemente el fotorreportero Jordi Martín.
Para situarnos en el contexto, en un tramo de El Jefe, Shakira canta, y cito textualmente, "Dicen por ahí que no hay mal, que más de cien años dura, pero ahí sigue mi exsuegro que no pisa sepultura".
Y es que al parecer, en los comienzos de la relación y durante mucho tiempo la relación entre Shakira y su suegro fue formidable, tan buena que incluso la cantante le confiaba al padre de Piqué encargarse de sus cuentas personales, gestinando todas las entradas y salidas de ingresos que Shakira percibía por conciertos, canciones y otros quehaceres.
Pero todo empezó a torcerse cuando la Hacienda española empezó a acusar a Shakira de defraudar a las arcas públicas, al tributar fuera de España, en paraísos fiscales, ingresos que deberían haber sido en España porque por aquel entonces supuestamente ella residía ya en Barcelona.
Así las cosas, el padre de Gerard Piqué era el encargado de llevar la contabilidad de todo el conglomerado de empresas relacionadas con la cantante, lo que habría llevado a una situación desfavorable para Shakira en su enfrentamiento legal con las autoridades fiscales españolas.
Su furia sería doble, ya que la falta de responsabilidad de su exsuegro resultaría presuntamente decisiva para verse envuelta en problemas legales, y además, el hecho podría acarrearle un daño a su imagen cara al público al quedar expuesta como una presunta evasora fiscal.
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